Tuesday, 1 November 2011

Inquietante bienvenida


  Aterrizamos en Accra procedentes de Casablanca poco después de las cinco de la mañana. Aparte de nuestro avión, sólo hay otro enorme en la pista por lo demás desierta: uno de Virgin Atlantic procedente de Londres que ha llegado hace diez minutos (aún están sacando las maletas). Pese a la hora, al bajar la escalerilla directamente a pista se nota el golpe de humedad y calor tropical. No es mala hora para llegar, hace mucho menos calor y la espera en la revisión de pasaportes forzosamente será más breve.

Al cruzar la aduana de entrada al país, un cartel da la bienvenida a Ghana al viajero. Dice que todos los visitantes "de buena voluntad" son bienvenidos. Y añade que "pedófilos u otros desviados sexuales" no son por contra gratos en el país y que "harían mejor en buscar otro lugar para llevar a cabo sus actividades". Ninguna mención sin embargo a traficantes de armas, tratantes de personas o muñidores de acuerdos comerciales que rayan (o caen de lleno) en la explotación. Inquietante.

Aunque un cartel no va a empañar la ilusión de estar aquí, sí es una muestra de los problemas que afronta la normal aceptación de la homosexualidad en Africa -al parecer choca de frente con un esquema tradicional de la sexualidad orientada a la reproducción. Pero ya desde Occidente se está trabajando en definir esquemas que liguen la concesión de ayuda humanitaria a una política normalizada de reconocimiento de la homosexualidad en la línea del cumplimiento de los derechos humanos.

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